En este artículo, nuestro socio fundador, Ricardo Cambra, responde a dos preguntas claves para este periodo de transición en Panamá, y presenta un análisis de los desafíos más significativos que enfrentará la próxima administración en términos de negocios e inversión. Aborda temas críticos como la crisis de la Caja del Seguro Social, y la necesidad de una nueva constitución. Además, destaca oportunidades prometedoras como la construcción del tren entre la ciudad de Panamá y David.
¿Cuáles cree usted que serán los desafíos más significativos que la próxima administración enfrentará en términos de negocios e inversión?
En respuesta a esta pregunta, considero pertinente abordar un tema que es inevitablemente político y es la piedra en el zapato que tiene el presidente electo, y me refiero en este caso al expresidente Ricardo Martinelli. Y es que resulta inevitable tocar este tema cuándo estamos viendo como el expresidente busca influenciar (aun sin haber tomado posesión) en las decisiones que pueda tomar el presidente electo y sosteniendo reuniones con los diputados de su partido político que resultaron electos en las pasadas elecciones.
En mi opinión, como panameño y empresario, una de las primeras decisiones que debe tomar el presidente electo es decidir qué hará con el citado exmandatario que hoy en día se encuentra asilado en la Embajada de Nicaragua. Darle largas a este asunto puede crear tensiones entre nuestro país y el socio comercial más grande que tenemos, me refiero a los Estados Unidos de Norteamérica.
Por otro lado, vemos con beneplácito que el presidente electo ha nombrado un gabinete conformado por personas de mucha experiencia, algunos incluso de partidos políticos de oposición y otros independientes.
Tomando en cuenta todo lo anteriormente mencionado, en nuestra opinión el gobierno tendrá que afrontar la crisis de la Caja del Seguro Social y deberá tomar decisiones muy fuertes en cuanto a austeridad, digitalización y agilización en lo que al cobro de impuestos se refiere, con la finalidad de aumentar la recaudación, revisión de incentivos tributarios, entre otras medidas de carácter financiero con la finalidad de ir generando confianza en los mercados internacionales y particularmente en los inversionistas locales y extranjeros. Pero también tendrá que prestar mucha atención al tema minero. El presidente electo ha mencionado en varias ocasiones que está dispuesto a abrir la mina para irla cerrando progresivamente. Este aspecto puede traer oposición, por ejemplo, como se evidenció en los meses de octubre y noviembre del año 2023, con lo cual este tipo de decisiones deben ir acompañadas de una explicación lógica y fundamentada en derecho, la protección del medio ambiente y la paz social.
¿Cuáles son las oportunidades de inversión más prometedoras que anticipa para los próximos años bajo la nueva administración, y cómo pueden las empresas o inversionistas prepararse para aprovecharlas al máximo?
En cuanto a las oportunidades de inversión, considero que debe primar la cautela para actuar bajo los mejores escenarios, y para ello es fundamental que el tema más delicado sea resuelto, refiriéndome al indicado sobre el expresidente. Una vez que ese asunto esté resuelto, hay que ver cómo se desarrollan los primeros 100 días de gobierno, y uno de los elementos que posiblemente podamos ver es el inicio de las negociaciones y conversaciones para llevar adelante una constituyente para reformar nuestra constitución.
En nuestra opinión, una constitución nueva es absolutamente necesaria, pero se debe hacer con un proceso ordenado, que no viole la Constitución existente hoy en día. Es decir, que debe cumplirse con lo establecido en dicha constitución para poder reformarse y evitar problemas de orden social, que puedan empañar la confianza del sector privado que desea invertir en Panamá.
Entre las propuestas del hoy presidente electo se incluye un tren entre la ciudad de Panamá y la ciudad de David, lo que traería un desarrollo importante a lo largo de todo el país y ciertamente sería un generador importante de empleos. Siendo una mega obra, es importante tener presente que puede tomar no menos de un año en sacarse a licitación y de acuerdo con los expertos es un proyecto que tomaría aproximadamente unos cinco a siete años. De efectivamente concretarse, será un proyecto que traerá muchos beneficios a un sin fin de sectores y generará oportunidades en muchas áreas, incluyendo el comercio, bienes raíces y en toda suerte de productos necesarios para la construcción.
En conclusión, Panamá, en mi humilde opinión, siempre tendrá un futuro brillante, pues quienes lo habitamos trabajamos siempre con ahínco y honradez y sabemos que Panamá tiene mucho que ofrecer y mucho por desarrollar todavía. Confiamos en que la nueva administración de este país, logre atender con éxito los desafíos planteados, y que desde el día uno aborde los problemas más importantes con soluciones prácticas, que den resultado a corto y mediano plazo, potenciando de esta forma todas las bondades de Panamá como un destino de inversión por excelencia, mantener la posición de hub de las Américas, y volver a ostentar un grado de inversión excepcional.
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